Personalmente no me identifique y/o conecté emocionalmente con el cuento de Juan Rulfo “Diles que no me maten”. Lo que quiero analizar a continuación es cuál es la razón o las razones para que un latinoamericano/a no se identifique de alguna manera emocional con este cuento.
Primero, para mí ninguna crítica es más válida que otra. Pero sí se debe tomar en cuenta que hay personas que estudian literatura y/o sus contextos y críticas por lo que aunque su punto de vista no llega a ser más válido que el de alguien más, sí tiene una base más fundamentada que el de alguien que no ha estudiado nada de esas cosas.
Ahora sí prosiguiendo con el análisis de por qué este cuento puede no ser emocionante para todos los latinoamericanos (mucho peor para las personas que no son de América Latina) debo decir que lo primero que pienso es en el ambiente en el que se da la historia. Si bien es el campo de México, no se parece en nada al ambiente que tendría el campo en Ecuador. Con ambiente me refiero a las vivencias de las personas y las actitudes de las mismas. Mi impresión del campo ecuatoriano es sobre todo de la actitud de las personas, de sumisión y respeto hacia la gente que tiene más dinero (el que esto sea así, no significa que está bien) y además la característica de que aceptan su destino con la misma sumisión con la que hacen todo. No me imagino a un indígena ecuatoriano rogando por su vida, me lo imagino callado y resignado. De todas maneras esta es mi percepción personal y me gustaría que fuera diferente, que en el campo ecuatoriano no sucediera eso.
Por otro lado no me relaciono con Justino huyendo cada vez que viene alguien por miedo a que lo maten, lo leo en el cuento pero de cierta manera no me relaciono con los sentimientos que él tiene al hacer eso. Me imagino a una cultura no solamente ecuatoriana si no latinoamericana más valiente, que no le escapa a la muerte ni siendo joven ni viejo, que enfrenta la realidad que vive o que le impusieron. Esto incluye incluso el tema de enfrentar la muerte con dignidad, sin rogar. Creo que el espíritu de los latinoamericanos es guerrero (a pesar de la sumisión de la que hablaba antes), por todas las circunstancias históricas que hemos vivido desde la conquista española, las dictaduras y los gobiernos que han acabado con los países.
Pero claro todo esto es mi propia percepción por lo que creo que es muy subjetiva y cualquier otro latinoamericano/a podría decir todo lo contrario e identificarse plenamente con este cuento.
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