jueves, 17 de noviembre de 2011

La Revolución mexicana y su influencia en la literatura del país

La revolución mexicana fue un conflicto armado que inició el 20 de noviembre de 1910 como un levantamiento en contra del Presidente Porfirio Díaz y fue encabezado por Francisco Madero. Su principal característica fue que buscaba hacer una reforma a nivel agrario por medio de movimientos socialistas, liberales, anarquistas y populistas. En sus comienzos, la idea era una lucha contra lo que ya estaba establecido en la sociedad pero luego se transformó en una guerra civil.

Porfirio Díaz establecía un régimen dictatorial durante 34 años en el que México tuvo una gran estabilidad política y un gran crecimiento económico. Los costos de este crecimiento lo pagaron los más pobres y los que estaban en contra del Presidente. Pero poco a poco la gente empezó a estar en contra del Porfiriato. Cuando el Primer Mandatario anunció que al finalizar su periodo no buscaría la reelección, el pueblo empezó a agitarse. Pero todo fue un truco, ya que sí se lanzó nuevamente como candidato y encarceló a su principal oponente (Francisco Madero) que había estado recorriendo el país para formar un partido político. Ganó las elecciones y Madero escapó de la clase y se fue a Estados Unidos.

Desde América del Norte, Madero organizó del “Plan de San Luis”, que llamaba a tomar las armas en contra de Porfirio Díaz le 20 de noviembre de 1910. Cuando la sublevación llegó a Ciudad Juárez, el Presidente presentó su renuncia y se exilió en Francia. En 1911 Madero ganó las elecciones presidenciales, pero empezó a tener disputas con algunos de sus compañeros revolucionarios por lo que Emiliano Zapata y Pascual Orozco se pusieron públicamente en su contra. En 1913 hubo un golpe de Estado, como contrarrevolución y una de las principales figuras fue Victoriano Huerta. Decena Trágica como se denominó al levantamiento, terminó con la vida de Madero, su hermano y el Vicepresidente. Huerta tomó la presidencia y a esto reaccionaron Venustiano Carranza y Francisco Villa, que eran también líderes revolucionarios. Después de un año Huerta huyó del país.

A partir de ese suceso se asentaron las diferencias entre los que habían hecho la Revolución y Carranza convocó a la Convención de Aguascalientes en la que Eulalio Gutiérrez fue proclamado Presidente de México. Pero luego Carranza desconoció el acuerdo y junto con los constitucionalistas iniciaron la redacción de una nueva Constitución y llevaron a Carranza a la presidencia. En todas estas luchas fueron asesinados líderes como Zapata, Villa y Obregón.

No se ha definido cuando exactamente terminó la Revolución pero al parecer fue alrededor del año 1917, cuando se proclamó la Constitución mexicana. Aunque otras personas consideran que fue en 1920, 1924 o incluso en 1940.

En relación a la literatura de la época e incluso la que se desarrolló posteriormente, el principal tema fueron las experiencias directas de los principales involucrados con la Revolución. Se escribieron muchas “novelas revolucionarias” como se denominaban, una serie de novelas que mediante cuadros sucesivos o fotografías narrativas, describieron minuciosamente la rebelión armada desde sus inicios.

La novela revolucionaria como tal es una corriente literaria mexicana, de la cual sus novelas fueron escritas por autores que en su mayoría vivieron la revolución en carne propia. Estos escritores realizaron un exhaustivo análisis de los antecedentes, los problemas que surgieron durante la revolución y sus consecuencias. La vida de los protagonistas de estas novelas, sus anhelos, desengaños y esperanzas fueron también una parte fundamental de la trama y de los análisis de las mismas. Como género, este tipo de novela empezó a escribirse en 1828 aunque hay escritos de años anteriores, y terminó alrededor de 1945.

Entre los autores más representativos de estas novelas están Mariano Azuela con su novela “Los de Abajo” por ejemplo, Rafael M. Muñoz, Mauricio Magdaleno (El resplandor), José Vasconcelos (Ulises criollo, La tormenta), José Rubén Romero, Martín Luis Guzmán (Memorias de Pancho Villa, La sombre del Caudillo, El águila y la serpiente), Francisco Luis Urquizo entre otros.

De este género nacieron las novelas que tienen temas de la revolución, pero no son lo mismo que las novelas revolucionarias. Se basan en acciones de la guerra, las condiciones sociales en la que se desarrolló la Revolución mexicana pero fueron escritas por autores que no formaron parte de la Revolución en sí misma. En este género podemos incluir a Carlos Fuentes, el autor que estamos leyendo en este módulo. Sus principales obras son Aura, La muerte de Artemio Cruz, La región más transparente y Terra Nostra.

Como dice el mismo Fuentes, el escribe sobre el México que se imagina y de todo lo que ha conocido a través de sus abuelos y sus padres. El escribe en un espacio en el que compara el México real y el que está en su imaginación. Sus obras si tienen un fundamento histórico y describen aspectos que sí se vivieron en la Revolución. Es por eso que la Revolución mexicana y las obras post revolución están muy relacionadas y podríamos decir que hasta se complementan.

2 comentarios:

  1. Gabi:
    Bien interesante tu análisis Gabi, creo que para entender al autor y su obra es muy importante analizar varios temas históricos, políticos y sociales en los que el autor se inspira. Me gusta mucho esta nueva narrativa porque no solo relata sino que denuncia aspectos y habla sobre la realidad de Latinoamerica. Creo que Fuentes talvez enfrentó una realidad distinta a la que se imaginó como mencionas en tu análisis, pero esto mismo fue su motivación para escribir sobre temas profundos de la sociedad mexicana.

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  2. Gabriela, me parece un excelente análisis de esta literatura que refleja la revolución y su crítica que claramente es plasmada a lo largo de este tipo de obras. Me oarece muy interesante que habiendo leído Pedro Páramo y La muerte de Artemio Cruz, podemos ver versiones de acontecimientos revolucionariosa que son similares y cómo Rulfo y Fuentes, crean sus personajes principales como revolucionarios que luego sucumbem a la seducción del poder y la riqueza.

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